Pachitas, como le llamaban sus amigos más cercanos, fue una persona entrañable. El doctor Paul Enrique Pachas Yataco falleció después de un mes de lucha contra el covid-19. Hoy, sus amigos y colegas lo despiden recordándolo como un hombre entrañable y siempre dispuesto a ayudar.
Paul Pachas fue la persona que ayudó a una mujer que no era su paciente cuando ya casi no quedaba personal médico en el hospital. “No llamó al encargado y esperó a que llegara, asumió la emergencia y la salvó. Así hay mil historias de él”, esa es una de las tantas experiencias que recuerda el doctor Genaro Ipanaqué Chiroque, quien conoció al doctor Pachas cuando era aún adolescente y tocaba en la banda del Colegio San Miguel de Piura. Pero fue hasta su gestión en el hospital Santa Rosa en el 2011, que iniciaron una relación amical más fuerte.
Fueron alrededor de 4 años de trabajo, en los que el doctor Ipanaqué conoció a la persona que más trabajó para recompensar a paramédicos y trabajadores de la salud y para gestionar la implementación de ventiladores y camillas. “Con él se hizo una renovación completa de equipo en el hospital, fue un gran avance”.
El doctor Genaro resalta que “Pachitas” fue una persona con gran iniciativa, recuerdo que comparte con el decano del Colegio Médico de Piura, Arnaldo Lachira Albán, quien recuerda al doctor Paul como un hombre emprendedor y responsable, siempre dispuesto a trabajar.
“Piura ha perdido mucho con la muerte de Paul”, dice el doctor Carlos Castro, un colega y amigo que también acompañó a Paul Pachas durante su gestión en el hospital Santa Rosa y recuerda que “Pachitas” era un excelente cirujano, que nunca dudó en salvar una vida y ayudaba a sus colegas y pacientes. “Él estaba en su casa de noche durmiendo, pero lo llamabas, ¡Oye, Pachitas! Y siempre estaba dispuesto ayudar, iba al hospital y resolvía todo”.
También hay compañeros que le conocieron desde la Universidad, la doctora Pilar Machare estudió en Argentina igual que el doctor Pachas, aunque ambos estudiaron en universidades y localidades distintas, se hicieron buenos amigos. Reconoce que “Pachitas” no solo fue un excelente médico, sino también un gran amigo, un padre excepcional.
“Él fue la persona que estaba siempre disponible para ayudar, aunque lo llamaras muy tarde. Nos daba ánimos en todo momento, cuando los doctores ya estábamos estresados y preocupados, él veía las soluciones y nos animaba. Yo nunca he escuchado que él estaba desganado o cansado, siempre estaba pendiente de sus pacientes”
El director de la Dirección Regional de Salud, Víctor Távara, también lamenta su partida. “Paúl fue un gran amigo, una maravillosa persona y un destacado profesional, fue el fiel reflejo de los valores que le inculcaron sus padres”.
Los colegas y amigos de Pachitas lamentan la pérdida de una persona llena de energía, vocación y disposición.