En el marco del 488 aniversario de la fundación de Piura este 15 de agosto, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) rinde homenaje a esta ciudad del norte del Perú con las historias de las personas adultas mayores, usuarias del programa Pensión 65, que destacan porque al trasmitir sus saberes productivos a las nuevas generaciones contribuyen a la preservación del patrimonio cultural de la región.
Don Manuel Juárez Villegas es el último tejedor de paja toquilla de Pedregal Chico, en Catacaos, una de las actividades más representativas de la región, a la que se dedica desde que tenía 15 años. Actualmente, es el único testigo de los últimos años del boom del sombrero que se vivió en Piura entre 1930 y 1950. A sus 91 años, recuerda que por aquella época se usaba mucho el sombrero fino, por lo que los tejedores en Pedregal Chico eran muy requeridos. Hoy, como usuario de Pensión 65 desde el 2014, utiliza la ayuda económica que recibe del programa para comprar sus alimentos e insumos.
“Esta técnica se inicia con la selección de la paja, luego con el armado de la copa en el tejido fino y en el grueso; sigue el hormado, el remate y finalmente el lavado. Es una jornada de 15 días y muchas horas de dedicación. Eso me mantiene activo, y ayudo a la economía de mi hogar. Todavía puedo tejer, según el sombrero que usted necesite”, cuenta don Manuel sobre este conocimiento ancestral que domina desde su adolescencia y que el trasmitirlo a los jóvenes de su comunidad no solo le genera un ingreso extra sino que, además, le ayuda en su bienestar emocional.
Otra historia ejemplar en Piura es la de doña Delicia Ramos Lalupud, de 71 años, usuaria de Pensión 65 del Caserío Nuevo Sinchao Chico. Ella utiliza parte de su pensión para preparar y vender chicha de jora, actividad que le ayuda para cubrir su día a día. “Hemos trabajado en la chicha para criar a los hijos”, comenta. El brebaje que prepara, a base de maíz amarillo, clavo de olor y agua no necesita ningún compuesto ni azúcar. Tiene incluso la particularidad de no necesitar maceración. En cada jornada, prepara la chicha en baldes de cinco litros.
Finalmente está la historia de valentía de Don Luis Gonzaga Pomares, de 68 años, quien siguiendo el ejemplo de su padre se hizo bombero. “Los bomberos no solo apagamos incendios, también salvamos vidas”, dice con orgullo Don Luis. Llegó a ser Teniente Brigadier en la Compañía de Bomberos Piura 25, donde encontró su verdadera vocación: velar por la seguridad y bienestar del prójimo. Don Luis forma parte de Pensión 65 desde el 2017.