La Fiscalía Provincial Especializada en Materia Ambiental (FEMA) de Madre de Dios encabezó un operativo contra la minería ilegal en la comunidad nativa Boca Inambari.
Esta se encuentra ubicada en la provincia de Tambopata y las acciones se concentraron en el sector Playa Jesús, dentro del distrito de Laberinto. El fiscal Carlos Chirre lideró la intervención, que se realizó mediante un despliegue helitransportado.
Como resultado, se decomisaron herramientas, maquinarias y otros bienes valorizados en S/ 203 826 290. Entre los equipos incautados se encontraron abrazaderas, antenas satelitales, alambres, baterías y baldes de aceite de motor. Estos elementos eran utilizados para facilitar las actividades extractivas ilegales en la zona.
Tras su identificación, estos bienes fueron destruidos mediante incineración e inutilización, en cumplimiento de las normativas ambientales. El operativo contó con el apoyo de diversas unidades de la Policía Nacional, como la Dirección de Medio Ambiente (Dirmeamb), la División Contra Minas (Divcomin) y la Dirección de Operaciones Especiales (Diropesp). Asimismo, tuvo el respaldo de la Sexta Brigada del Fuerte Pachacútec del Ejército Peruano.
Otras operaciones
Este tipo de operativos buscan detener la creciente expansión de la minería ilegal en la región amazónica. La intervención en Boca Inambari es solo una de varias acciones ejecutadas en los últimos meses en Madre de Dios. Una de ellas ocurrió el 7 de agosto de 2024 en el sector de Santa Rita, dentro de la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Tambopata, una área natural protegida en la misma región.
Durante esa operación, se capturó a un grupo de personas involucradas en la extracción ilegal de minerales, quienes ahora enfrentan nueve meses de prisión preventiva.
Impacto social y ambiental
La minería ilegal en áreas vulnerables, como territorios de comunidades nativas y zonas aledañas a reservas nacionales, constituye una grave amenaza social y ambiental. Destruye grandes extensiones de bosques, contamina ríos con mercurio y pone en peligro la biodiversidad. Además, provoca conflictos sociales al afectar a las comunidades locales, que luchan por preservar sus recursos y modos de vida en un entorno cada vez más frágil.
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