El paro total de transportistas y la marcha pacífica se tiñen de sangre con el asesinato de un chófer de colectivo en la localidad de Siembras del Valle, en el centro poblado Víctor Raúl, en la provincia de Virú, La Libertad.
La víctima, identificada como José Luis Campos Ávila, fue abatida a manos de sicarios que se trasladaban en una moto lineal, sumando un nuevo acto de violencia en una región ya asolada por el crimen organizado y las extorsiones.
Paro en Trujillo
Este suceso, que ocurre en plena movilización, refleja el clima de inseguridad que motivó el paro general de 24 horas en La Libertad. Transportistas de diversas modalidades, incluyendo micros y combis, se sumaron a una marcha que recorrió las principales calles de la ciudad de Trujillo, exigiendo al Gobierno de la presidenta Dina Boluarte Zegarra acciones contundentes para frenar la ola de extorsiones y crímenes que afecta a la región.
Los manifestantes llegaron hasta la Plaza de Armas de Trujillo, donde corearon consignas pidiendo «mano dura» contra los criminales. El paro fue acatado en su totalidad, con la población local también saliendo a las calles, en señal de apoyo a los transportistas y como un grito de auxilio ante la constante amenaza del crimen organizado.
Marcha politizada
Aunque inicialmente se afirmó que la marcha no tendría tintes políticos, la realidad fue otra. Al final de la jornada, algunos ciudadanos aprovecharon la protesta para manifestarse también contra el gobernador regional de La Libertad, César Acuña Peralta. Acuña, en respuesta, afirmó estar de acuerdo con el paro y las demandas de seguridad, aunque lamentó que ciertos «infiltrados» hayan politizado la marcha.
Cabe señalar que los dirigentes de transporte rechazaron todo tipo de politización, afirmando que se desarrolló una movilización con un solo objetivo: exigir seguridad para trabajar libremente.
Crimen organizado en La Libertad
El paro de 24 horas en La Libertad no es un evento aislado, sino una respuesta desesperada a una situación que parece insostenible. En esta región, el crimen organizado ha tomado el control de muchas actividades económicas, con un gran número de empresarios y trabajadores que se ven forzados a pagar «cupos» para poder operar. Las extorsiones, asesinatos y la presencia de sicarios han generado un ambiente de miedo y desesperación, donde la población siente que las autoridades no logran garantizar su seguridad.
El asesinato de José Luis Campos Ávila es solo un trágico recordatorio de la violencia que aqueja a La Libertad, y la población exige respuestas inmediatas y efectivas. Mientras el país observa la situación en esta región, la urgencia por restaurar el orden y garantizar la seguridad se hace cada vez más apremiante.
Marcha de transportistas
Los transportistas, y gran parte de la población de La Libertad, piden al Gobierno central y a las autoridades locales tomar medidas efectivas contra el crimen. Exigen no solo más presencia policial, sino también una reforma estructural que permita desarticular las redes de extorsión y crimen organizado que operan impunemente.
Este paro ha dejado claro que la paciencia de los ciudadanos está llegando a su límite. Sin respuestas claras y sin una intervención contundente por parte del Estado, el miedo y la violencia continuarán marcando el día a día en La Libertad.
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