Cada año, el mar peruano enfrenta una invasión silenciosa, pero devastadora: la entrada masiva de flotas extranjeras, principalmente chinas, que buscan extraer recursos valiosos como el calamar gigante o pota. Según el Ministerio de la Producción (Produce), en 2024 se registraron al menos 67 arribos de estas embarcaciones a puertos peruanos, muchas sin cumplir con la normativa de rastreo satelital (Sisesat). Este sistema es obligatorio para las flotas nacionales, pero las extranjeras encuentran mecanismos para eludirlo. Recientemente, el Decreto Supremo 014-2024-PRODUCE buscó reforzar el control y monitoreo de las embarcaciones extranjeras. Entre sus disposiciones destacan la obligatoriedad del Sisesat para ciertas actividades, las reglas para operaciones dentro de las 20 millas marinas contiguas al dominio marítimo peruano y la posibilidad de homologar equipos de monitoreo satelital de otros países. No obstante, la norma ha recibido críticas por su implementación limitada y la homologación, qué expertos consideran un riesgo para la soberanía del control pesquero. Exploraremos este detalle más adelante. Hoy, en el Día Mundial de la Pesca, la crisis de la pesquería de pota, la segunda actividad pesquera más importante del país después de la anchoveta, ha alcanzado un punto crítico. La falta de acciones concretas para recuperar los stocks de pota, sumada a la incertidumbre sobre el futuro de esta actividad, genera una creciente desconfianza entre los pescadores artesanales, quienes ven amenazados tanto sus recursos como su forma de vida.
Flotas extranjeras en el mar peruano: ¿Oportunidad o amenaza?
Para Francisco Chiroque, presidente de la Asociación de Pescadores de Calamar Gigante de Paita en Piura, la disparidad normativa que afectó esta pesquería durante años es inaceptable. “No se mide a todos con la misma vara”, afirma a Inforegión, y explica cómo las flotas chinas buscan capturar especímenes más pequeños, conocidos como potilla, ya que sus sistemas no están diseñados para manejar calamares gigantes de gran peso. “Estos barcos tienen unos aproximadamente 30 o 40 metros para subir el producto desde el nivel del mar hasta la borda. Cuando es calamar gigante, este se desmiembra durante el proceso. Por eso prefieren juveniles de 15 kilos o menos, que siempre se han encontrado dentro de las 200 millas. Esto está depredando a los juveniles y no nos dejan nada. No hay producto que pueda crecer, alimentarse y ser capturado de manera sostenible por nosotros”, lamenta. Por su parte, Edwin Houghton, presidente de la Asociación de Armadores Artesanales Pesqueros Mar de Paita (Apamarpa), recordó a este medio el caso de la embarcación china Tian Xiang, multada con apenas S/ 250 pese a haber pescado ilegalmente dentro de la jurisdicción peruana. “La inversión debe venir cumpliendo las reglas. No pierdo la fe de que vamos a recuperar la pota, pero si seguimos como hasta ahora, no tendremos recurso por años”, advirtie.
¿Soluciones insuficientes? La polémica normativa de Produce
En septiembre de 2024, Produce aprobó el Decreto Supremo 014-2024 para reforzar la regulación de embarcaciones extranjeras, pero la opción de homologar sistemas satelitales extranjeros, como el VMS, ha generado críticas. Según la norma, estas flotas pueden operar en el dominio marítimo peruano sin instalar el Sisesat siempre que homologuen su sistema al peruano, lo que, según expertos, debilita el control estatal. Un análisis de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) reveló que esta disposición no fue incluida en el proyecto normativo original ni en la exposición de motivos. La SPDA advierte que depender de una retransmisión de datos de países como China compromete la soberanía y confiabilidad de la información pesquera, sugiriendo que Perú debe recibir los datos directamente. El informe concluye que en marzo de 2025, cuando flotas extranjeras soliciten ingresar a puertos peruanos, se pondrá a prueba la efectividad de la norma. “Por el bien de la economía de los miles de pescadores dedicados a la pesca de la pota y por la sostenibilidad de este recurso, y a fin de preservar la legalidad y la soberanía del país, esperamos que esta norma logre tener los resultados favorables”, destaca el análisis.
Impacto social: Pescadores olvidados
“Hoy tenemos un recurso bastante deprimido. Imagínate nos dan 600 000 toneladas anuales y ya vamos a 40 días de terminar el año y solo hemos pescado el 30%. Todo esto tiene un génesis es la desatención y la falta de políticas públicas pesqueras sostenibles con nuestro sector”, subraya Edwin Houghton, quien además es vicepresidente de la Sociedad Nacional de Pesca Artesanal del Perú (Sonapescal). La crisis de la pota no solo afecta la sostenibilidad del recurso, sino también a las comunidades que dependen de él. Según Chiroque, muchos pescadores artesanales han tenido que retirar a sus hijos de las universidades debido a la falta de ingresos. “El Estado no entiende que no solo estamos perdiendo un recurso, estamos destruyendo familias enteras. La pesca artesanal es nuestro único sustento, y cada día es más difícil sobrevivir”, recalca.
Reglamento de Ordenamiento Pesquero
Finalmente, el 22 de octubre, Produce publicó el proyecto del «Decreto Supremo que aprueba el Reglamento de Ordenamiento Pesquero (ROP) del Recurso Calamar Gigante o Pota», una medida largamente esperada por el sector. Aunque la pesquería de pota cuenta con un ROP desde 2011, este no había experimentado actualizaciones normativas hasta ahora. Sin embargo, el cronograma para su aprobación definitiva aún no ha sido anunciado. Aunque el ROP es recibido con optimismo, persisten inquietudes en el sector pesquero. Houghton destacó que, si bien la propuesta es un avance, incluir la opción de extracción mecanizada podría abrir las puertas a flotas industriales, lo que preocupa a los pescadores artesanales. “Pedimos que se elimine la palabra ‘mecanizada’. La industria ya cuenta con una pesquería clave, como la anchoveta, y tememos que esto afecte a nuestro sector”, concluyó, haciendo un llamado a proteger la pesca artesanal como fuente sostenible y de sustento para miles de familias. La pesca artesanal de calamar gigante en Perú enfrenta desafíos que trascienden las cifras y las normativas: es una lucha por la sostenibilidad del recurso y la supervivencia de las comunidades que dependen de él. En el Día Mundial de la Pesca, las voces de pescadores como Chiroque y Houghton se alzan con fuerza, instando a las autoridades a priorizar políticas inclusivas y efectivas que protejan no solo el recurso, sino también a quienes han hecho del mar su hogar y sustento. El futuro de la pota está en juego, y con él, la posibilidad de mantener viva una tradición que alimenta tanto a las familias peruanas como al país entero.
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