Indignación, alerta y preocupación ha generado la actividad navideña organizada por la Municipalidad de Piura en la avenida Grau esta noche, por la aglomeración de personas que ha generado, en un contexto de incremento de casos de COVID-19 en la región Piura.
Contrario a la invocación lanzada desde el Poder Ejecutivo, las autoridades de salud nacionales y regionales, el gremio médico y personal de salud en primera línea de lucha contra el coronavirus para evitar más contagios y muertes, el alcalde Juan Diaz Dios convocó hoy al encendido de las luces navideñas, junto con un espectáculo municipal en la avenida Grau, ubicada en el centro de la ciudad de Piura.
Esta actividad atrajo la atención de la ciudadanía que se aproximó a presenciar la presentación de animadora, con poco respeto al distanciamiento social que se debe mantener para prevenir el contagio y dispersión del mortal virus. La preocupación y la indignación de la población, en especial de vecinas y vecinos del centro de Piura no se hizo esperar.
“Piura, siendo una de las primeras ciudades con Covid y que el alcalde de Piura encabece esta marcha por Navidad sin mantener el distanciamiento social con qué fin creen? Hay tanta ignorancia que no creen que se van a contagiar de este tremendo virus. De qué vale que vengan brigadas de médicos de Lima exponiendo sus vidas a ayudar a salvar vidas y el alcalde exponiendo a la gente”, reclamó una vecina de la Av. Grau.
Ejemplo en otras ciudades
A diferencia de lo sucedido en Piura, existen ejemplos de otras municipalidades del Perú que dispusieron la suspensión de actividades de concentración masiva, entre ellas las navideñas. Este es el caso de las municipalidades de Miraflores, San Borja, Chorrillos, entre otras.
De igual manera, en Machala, Ecuador, el municipio ordenó suspender dos tradicionales eventos de fin de año con el fin de evitar la concurrencia masiva de personas y así prevenir el aumento de contagios de covid-19.
Desaciertos ediles
Esta no es la primera vez que el burgomaestre piurano es cuestionado por sus desaciertos durante esta pandemia del COVID-19, con la ejecución de acciones que van en dirección contraria a las recomendaciones de prevención y control del virus.
En abril de este año, cuando los casos iban en pleno ascenso, el reparto de pollo promovido por la autoridad edil generó grandes colas y concentración de vecinos, e incluso se hizo público un altercado entre el alcalde Diaz y un morador.
Otra de las observaciones vino desde el Colegio Médico frente al reparto masivo de ivermectina por parte de Diaz Dios y otros alcaldes de la región, por exponer a la población a la automedicación y porque hasta la fecha la eficacia de dicho fármaco para el tratamiento preventivo de la COVID-19 no tiene aval médico ni científico.
