El viernes de la semana pasada, una joven madre de seis niños fue cruelmente asesinada por su pareja, en el centro poblado de Quichu Azaroma, distrito de Ollachea, provincia de Carabaya.
La víctima que fue identificada como Benita Flores Molina (27), habría sido atacada mortalmente por su pareja y padre de sus hijos, Juan Vargas Zara, cuando estaban discutiendo en su vivienda.
Según la confesión que el homicida realizó ante las rondas campesinas, la joven murió tras golpearse la cabeza contra el suelo por el fuerte empujón que le propinó su pareja.
Vargas Zara contó que después de cenar, le pidió más comida a la madre de sus hijos. “Quería aumento y no había, ella se alteró y yo también me altere, la tire al piso y cayó de cabeza”, relato ante las rondas campesinas.
Posteriormente, aseguró que fue un accidente y que su intención no fue causarle la muerte a su pareja. De manera fría, también señaló que ya sabe el castigo que las rondas le impondrán por haber ocasionado la muerte de su esposa.
Según la necropsia de ley, la víctima tenía traumatismo intracraneal, edema cerebral traumático. También presenta signos de agresión física en los brazos y piernas (equimosis), y lesiones con consecuencia de muerte.
Piden cadena perpetua
Descalzo y arrastrando el féretro de Benita Flores, el asesino confeso fue paseado ayer en la ciudad de Macusani, por las rondas campesinas, que se reunieron para investigar y aplicar el derecho consuetudinario.
Con un cartel que decía: “Juan Vargas Zara soy asesino”, el victimario ingreso a la plaza de armas de Carabaya. Los pobladores y los familiares de la madre de familia, exigieron cadena perpetua para el padre de familia.
Cadena ronderil
Tras la reunión que sostuvieron en horas de la tarde, las rondas campesinas acordaron aplicar en contra de Vargas Zara, la cadena ronderil en 10 distritos de la provincia de Carabaya.
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