Reactivación del turismo en Cusco: Han pasado tres meses desde la última reapertura de Machu Picchu. El mayor atractivo turístico de Cusco y del Perú, cerró debido a la convulsión social resultado de las protestas contra una incómoda asunción al poder de Dina Boluarte, tras el fallido golpe de estado del expresidente Pedro Castillo.
El sur, estaba paralizado. En Cusco los bloqueos de vías interprovinciales ocasionaron desabastecimiento y el turismo se redujo nuevamente a cero. A este problema se sumó la alerta internacional para evitar las visitas al Perú por ser un destino inseguro debido a las violentas protestas donde se contaban fallecidos por decenas.
El nuevo encierro para el sector turismo, antes por pandemia y luego por las protestas, conllevó a un enfrentamiento entre cusqueños. El colectivo “Cusco libertad y trabajo”, conformado en su mayoría por trabajadores del sector turismo, se enfrentó a los manifestantes que llegaban de provincias. Mientras unos clamaban por paz social para reactivar el turismo, los otros proclamaban que en provincias jamás se beneficiaron del turismo.
Reactivación del turismo en Cusco sin recuperación económica
Dos meses después y sin ningún resultado logrado, las manifestaciones se fueron extinguiendo en todo el país. Machu Picchu reabrió sus puertas, se anunciaron estrategias para reactivar el turismo, sin embargo, la recuperación económica hasta hoy, no llega a los bolsillos de los trabajadores de este sector.
“Reactivación económica no veo. Hay más turismo receptivo, turismo libre no hay… Las grandes agencias están copando el turismo, ahorita por ejemplo las entradas a Machupicchu están repletas y yo no veo turistas, ¿Dónde están?”, expresa Percy, operador de una agencia de turismo.
A pesar de la percepción de este operador de viajes, la venta de entradas a Machupicchu están lejos del sold out. Según, Maritza Rosa Candia, directora de la Dirección Desconcentrada de Cultura, solo se alcanzan a vender 2600 entradas de las 4400 que se ofrecen a diario. “Por el problema de la pandemia y del conflicto social, aún no se venden al 100%”, indicó.
Artesanos contra ferias de reactivación
De igual forma, el panorama de los mercados artesanales continúa siendo incierto. Puestos cerrados, comerciantes que esperan a los turistas que llegan gota a gota y que solo a veces compran. “Vienen solamente a mirar. Hasta ahorita estamos sentados esperando, haciendo hora, en realidad no hay negocio, los pocos turistas pasan miran y se van”, comenta un comerciante de la Feria Artesanal El Marqués de San Francisco.
Según la cámara de artesanos del Cusco, el 20% de artesanos ahora se dedican a otros oficios y difícilmente volverán a ese rubro por la lenta reactivación. Pero los que aún luchan por mantenerse tienen que enfrentar otros retos como competir con las ferias de reactivación que se instalan en las plazas del centro histórico, espacios alquilados por las autoridades pero que solo inflan la oferta ante la escasa demanda.
“Hay mucha competencia, los que estamos en sitios estables estamos encerrados. Ya no hay necesidad de que vengan los turistas porque en la calle encuentras todo. Cuando no hay esas ferias en las plazas todavía vendemos algo”, dice un comerciante de la Feria Portal Espinar.
“Se habla de venta de sitios por debajo de la mesa, la gente se pelea por sitios en lugares preferenciales como la Plaza Regocijo, la plaza San Francisco. Como ve mucha gente no abre porque nos perjudica el tema de las ferias. Por favor le pediríamos al alcalde: no más ferias en las plazas”, agrega otro comerciante de la misma feria artesanal.
Gastronomía y ambulantes
La cadena de valor para el desarrollo del turismo es extensa y el sector gastronómico también se ha visto afectado. En el mercado de San Pedro recién, hace menos de un mes, han iniciado su reactivación.
“Nosotros hemos empezado a trabajar todas juntas desde el primero de mayo para reactivar nuestra economía, antes trabajábamos intercalados, un día si un día no. Como todas estamos en competencia preparamos pocos platos, ya para el mes jubilar van a venir más turistas y podemos preparar más”, indica una vendedora de la sección escabeches del céntrico mercado San Pedro.
Los vendedores ambulantes, no son ajenos y también se nutren del movimiento que genera el turismo. “Como han pasado todos los paros ya está empezando la venta”, dice un vendedor ambulante de cuadros de arte. Él también dice que solo trabaja con turismo medio día, luego se dedica a otra actividad.
La reactivación del turismo ha iniciado pero la recuperación económica en los bolsillos de los que más necesitan aún no se siente. “Hay días que vendemos 15 soles, 20 soles, hay días que nada también. Para comer nada más, para cocinar”, cuenta una ambulante que vende artesanías.
Todos extrañan al turista extranjero
Atrás quedó el jolgorio que se sentía en las calles y plazas de la ciudad más cosmopolita del Perú. Y es que sin turismo extranjero se siente un vacío al que nadie quiere acostumbrarse.
Los empresarios de turismo continúan luchando por conseguir pasajeros, de ellos dependen transportistas, guías y operadores que esperan pacientemente la llamada de las agencias para ir a trabajar. Las planillas de las empresas de turismo se han reducido y aún no hay productividad para volver a contratar.
“Estamos con el 50% de aforo normal que deberíamos tener. Generalmente las empresas de turismo trabajamos con guías que se toman en el día a día; cuando tu necesitas, ofreces el trabajo, cuando no hay la cantidad de pasajeros no llamas al guía. En planillas antes éramos dos, ahora estoy solo yo.” Indica el dueño de la empresa Cochahuasi Tours.
Otras agencias más pequeñas tuvieron que cerrar y ahora empiezan otra vez de cero. Tratan de reactivarse en nuevos espacios que esperan llenar poco a poco. Es el caso de la agencia Wayna Picchu Tours que debido a la poca demanda tuvo que cerrar su local en la céntrica calle Plateros. Ahora reinician sus operaciones, pero pensando en crear nuevas alternativas de tours dirigidos a turistas nacionales que son los que, por ahora, reciben más.
“No hay pasajeros”
Los guías independientes, asociados y organizados para distribuirse equitativamente los clientes ahora solo comparten la banca de espera de una plaza que está baja y no levanta. “Las protestas sociales han afectado en todo el Perú, porque no hay seguridad, es más, han cancelado grupos, no hay pasajeros, está pésimo el turismo”, señala Yerusa Vilcas del Álamo, guía oficial de turismo.
El día a día se hace incierto y más si tienen que competir con los bajos precios de los informales y con la publicidad de las grandes agencias. “Las agencias grandes son las que lucran, nosotros trabajamos acá por 20 soles o 30 soles, para mantener nuestro hogar no alcanza porque todo ha subido”,agrega.
Asimismo, cuenta que a diario forman cola 30 guías, que pertenecen a su gremio, en la puerta del Templo de Santo Domingo, acceso al templo del Qoricancha. Ellos esperan que los turistas que llegan hasta este centro arqueológico decidan contratar sus servicios. Lamentablemente, debido a la poca afluencia, solo algunos logran ser contratados.
Según la ley del Guía de turismo, para ejercer esta actividad es necesario tener título profesional y estar inscrito en el Directorio Nacional de Prestadores de Servicios Turísticos Calificados. Además, contar con el carné expedido por la Gerencia Regional de Turismo. Sin embargo, la reactivación ha postergado la fiscalización dando pie a la informalidad. “Si va usted a la plaza de Armas, va encontrar city tours por 8 o 10 soles, incluido guía y transporte. O sea, ¿cómo es eso?, no dan boleta ni nada”, cuenta.
Guías no pueden volver a ejercer su profesión
Las millonarias pérdidas ocasionadas por el paro comercial en el sector turismo afectaron a más de 20 mil familias, los bonos ofrecidos por el gobierno aún no llegan a las cuentas de los guías que se han dedicado a otras actividades y aún no pueden retornar a ejercer su profesión.
La presidenta de la Asociación de Guías de Turismo (Agotur), Natalia Amao, dice que casi un 70% de sus agremiados aún no retoma la actividad turística. Cuenta que durante la pandemia se han dedicado a otras cosas, y debido a la baja afluencia de turistas, por ahora, tienen que seguir dedicándose a esas actividades.
“Realmente no hay un compromiso al 100% del Gobierno. Prometieron darnos un bono a todos los guías oficiales y hasta ahora nada. “Con Punche Perú” no nos llega a nosotros. Nos hemos reunido con la viceministra de Turismo y no nos ha dado luces acerca del bono.”
La situación no da para más, sin clientes no hay negocio, no hay dinero, no hay empleo, la pobreza monetaria se incrementa, el 69% de familias en Cusco no son remuneradas o desarrollan comercio independiente, la mayoría informal. El descontento con el Gobierno es latente pero la necesidad obliga a pedir una tregua.
“Esta clase política nos anda vendiendo cada cosa y nos hace paralizar. En este último paro ¿cuántos muertos ha habido?, han venido a decirnos que tenemos que cambiar a la presidenta y a los congresistas, pero en el momento que se dieron cuenta que se iban a ir de este Gobierno, pararon todo. ¿Qué se ha logrado? Solo tener muertos para nada”, expresa el empresario de turismo.
Déjennos trabajar
“Hemos pedido ayuda al Ministerio de Turismo que nos apoye, pero creo que hace oídos sordos. Prefieren hacer sus lanzamientos con plata del Estado, pero no sabemos cuánto se gasta y no sabemos los resultados, porque como usted verá, no hay turistas”, señala el artesano. “Esas veces que el gas era 90 soles, 100 soles, pero ahora yo ya no quiero esas cosas”, dice la vendedora ambulante.
“La clase política que nos ha tocado estos últimos tiempos es de lo peor. No estamos pidiendo que se den bonos, ese no es el camino. El camino es aligerar, para que nosotros los empresarios tengamos mayor flujo, así podamos dar más empleo y generar movimiento económico, eso es lo que se pide: estabilidad”, agrega el dueño de Cochahuasi Tours.
“Déjennos trabajar por favor, porque nuestras familias han caído económicamente a cero”, dice otro artesano. Al pedido, se suma la dueña de otra pequeña agencia de turismo quien pide a los manifestantes no alterar más el libre tránsito porque genera desabastecimiento y encarece la canasta familiar. “Todos trabajamos porque tenemos familia e hijos y no podemos afectar a nuestros compatriotas”, expresa.
Reportaje elaborado por: Katherine Mendoza del medio CuscoPost.pe